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La actitud Mindfulness va más allá de una disciplina para vivir sin estrés. El estrés es la segunda causa por baja laboral en la Unión Europea, y además de afectar directamente a la salud de las personas, afecta la productividad y la relación colaborativa.
Los resultados de los estudios neurocientíficos demuestran que el entrenamiento y práctica regular del Mindfulness reduce el estrés y mejora el bienestar, y actualmente, esta disciplina se está incorporando en varios ámbitos, especialmente en el mundo educativo, empresarial y sanitario.
Entre los diversos beneficios de la práctica regular del Mindfulness, además de reducir el estrés, están el entrenamiento de la atención y concentración en las tareas diarias, a la vez que mejoran las relaciones interpersonales, la toma de decisiones y la gestión de la incertidumbre del mundo actual, por lo que a la larga se convierte en una actitud Mindfulness ante el entorno, las personas y la vida que nos rodea.
Varios estudios corroboran sus beneficios en diversos ámbitos, solo para citar algunos de ellos, tenemos por ejemplo la Universidad de Harvard y la Universidad de Yale.
Aunque hoy vamos a centrarnos en el impacto en el cerebro, lo cierto es que el Mindfulness podemos integrarlo en nuestro día a día fácilmente e ir desarrollando una actitud Mindfulness progresivamente.
6 BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA MINDFULNESS PARA EL CEREBRO
A nivel cerebral, la práctica regular de la meditación, entre ellas, la meditación Mindfulness, favorece la disminución de la actividad cerebral, y por tanto, contribuye especialmente a la reducción del estrés y ansiedad en cualquier situación y a vivir de forma más consciente, en una actitud Mindfulness. Entre los cambios cerebrales que las investigaciones científicas han podido mostrar destacan los siguientes:
- Reducción de la actividad cerebral, favoreciendo la reducción del estrés y la ansiedad, y mejora de la atención y concentración.
- Aumento de las olas Theta y Alpha, favoreciendo la mejora de la atención, mente más despierta.
- Aumento de conexiones neuronales, favoreciendo la facilidad de aprendizaje.
- Aumento pliegos corticales, favoreciendo la presa decisiones, memoria, atención.
- Aumento del Hipocampo y lóbulo frontal, potenciando las emociones positivas.
- Aumento densidad materia gris, favoreciendo: el autocontrol respiración/ritmo cardíaco y una mejor respuesta cognitiva, emocional e inmune.Jon Kabat-Zinn, profesor emérito de medicina de la Universidad de Massachusets, y máximo divulgador del Mindfulness en Occidente, define el Mindfulness como «un estado de conciencia que surge de posar la atención de forma intencionada a la experiencia del momento presente. Sin juzgarla o evaluarla y sin reaccionar». Estar presente, experimentando la realidad tal cual es, dejando de ir con el piloto automático. En sus orígenes encontramos la filosofía budista y la meditación Vipassana que literalmente quiere decir “ver las cosas tal como son”.
Más allá de los diferentes cursos y duraciones que se pueden encontrar actualmente, hay que tener en cuenta que a pesar de que en los cursos aprendemos a practicar varios ejercicios que nos ayudan a entrenar el cerebro para estar más en el momento presente, y a gestionar de forma diferente las situaciones de la vida cotidiana, especialmente las situaciones de estrés y ansiedad, el Mindfulness realmente es una actitud ante la vida, las personas y el cambiante mundo actual que nos rodea, una forma de relacionarnos más amable, consciente y serena. La actitud Mindfulness implica responder conscientemente a las situaciones que se presentan, en lugar de reaccionar de forma impulsiva, y sin juicios. Muy fácil de decir, y más complejo de llevar a cabo.
Podemos entrenar la actitud Mindfulness practicando Mindfulness de forma informal, en cualquier de las actividades que hacemos diariamente (a menudo estamos físicamente en un lugar, y mentalmente en otra), como puede ser el momento de la ducha, cuando conducimos, o esperamos alguien mientras estamos mirando el móvil.
Y podemos entrenar la actitud mindful practicando Mindfulness de forma formal, haciendo diariamente meditaciones basadas en el Mindfulness que nos ayudan a meditar y focalizar la atención al momento presente.
La combinación de ambas prácticas, hará que progresivamente adoptemos una actitud Mindfulness ante situaciones que en otros momentos (antes de la práctica regular) quizá nos hubieran descentrado o estresado, etc.
El Mindfulness puede ayudar a muchas personas, y no tiene “efectos secundarios”, pero siempre digo que no es para todo el mundo ni sirve por todo, ni es pulsar un botón. Como en cualquier deporte, o como cuando aprendemos un nuevo idioma o instrumento de música, requiere mucha constancia si queremos observar los avances y los beneficios a medio y largo plazo.
Aquí tienes unas sencillos trucos que te ayudarán a empezar a practicar de forma regular.
Cómo dice Eckhart Tolle, autor de los libros “El poder del ahora” y “La práctica del ahora”, entre otros, “la presencia es cuando ya no esperas el siguiente momento, creyendo que el siguiente será más pleno que este”, y la actitud Mindfulness nos ayuda a conseguirlo.
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